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Homenaje a nuestro Voluntarios Póstumos En la compañía siempre han respetado la antigüedad de los voluntarios y para nuestros voluntarios póstumos la antigüedad está dada por su fecha de defunción. Por ser el voluntario menos antiguo me estoy dirigiendo a ustedes para instaurar una nueva forma de recordarlos y para sentar un precedente, lo haré del voluntario menos antiguo hasta el que nos dejó primero.
Biografía en proceso
Biografía en proceso
Llega en 1968 a la compañía, a la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de La Florida. Su llegada traía una propuesta interesante, una doctrina militar que sorprendió a todos. Prontamente, empezó a mostrar un liderazgo único, que le permitiría ser el Capitán y Comandante de la Institución. Hombre de letras y cultura, de un perfeccionamiento técnico inigualable en sus tiempos, convirtiéndose en el maestro e instructor de todos los voluntarios que formamos la Compañía. Sus palabras, sus consejos sabios, han permitido la brillante administración y desarrollo de la Compañía por varias generaciones. Siempre presente cuando la Compañía lo necesitaba para representarla o dirigirla. Tanto amaba a su Compañía que espera cumplir su noveno premio de constancia y parte al cuartel celestial el 18 de marzo del presente año.
Ingresó a nuestras filas, siendo un señor mayor, próximo a cumplir cincuenta años de edad, antes de su ingreso compartió con nosotros, vida de cuartel, la razón: su hijo Juan daba sus primeros pasos en la brigada juvenil de la compañía y estando, el joven próximo a cumplir los 17 años, padre e hijo hicieron el curso de aspirantes a voluntarios, jurando juntos en sesión de compañía. Podemos decir del voluntario Juan Luis Torres Banda, que fue el hombre más comprometido con su compañía, en razón a que ni siquiera una cruel y larga enfermedad con graves secuelas, lo hizo marginarse de sus compañeros, en un principio llegaba acompañado de alguien de su familia, posteriormente acompañado de su fiel perro y después solo, caminaba la distancia de la bomba a su hogar. Le recordamos con mucho cariño ya que él siempre fue una persona preocupada por cada uno de nosotros.
Como dijo en su oportunidad tu hijo Luis, Ramón, te fuiste en silencio, tal vez en tu partida, no querías el llanto de la Paila ni ulular de las sirenas, pero así fue y no sólo nuestros instrumentos de alerta clamaron tu partida, si no todos los que fueron tus compañeros de ideal, en ti teníamos al voluntario de muchos años, sólo por algunos meses no fuiste fundador y en el lapso de tu servicio, conociste a los fundadores y a todos los voluntarios que ingresaron hasta tu partida. Lo más bello de tu persona se transmitió a nuestro jardín, el cariño que sentías por tu cuartel se transformó en tu constante preocupación, tus manos le dieron su forma y ahí quedará por muchos años, como una firma de amistad, camaradería y amor. Debemos agregar tu servicio como bombero, cuantas veces nos cubriste en los desfiles y obligaciones, guiando material mayor de otros cuerpos una labor necesaria y que muchos esquivaban, siempre trabajaste por tu compañía, siempre en silencio.
Cada hombre está llamado a desempeñar un papel en la vida, Y el de Don Emilio no era el de ser bombero de combate de incendios o rescatista, muy pocos de nosotros lo conoció, pero como Floridano él mantenía un compromiso con esta novena compañía y este compromiso nació hace muchos años, corría el año 1967 y las autoridades del Cuerpo de Bomberos de La Florida en la urgencia de contar con una bomba para el carro Dodge de la Segunda Compañía, le plantea la posibilidad de comprar una moto bomba, él firma un cheque en blanco y se lo entrega al superintendente y le dice: “Compre una buena bomba, con el material que sea necesario”. Ese gesto nos marcó y siempre fue nuestro colaborador y en un día dado lo hicimos voluntario nuestro, hasta su deceso.
El Benjamín de los Voluntarios Póstumos, apenas poco más que un niño, una cruel enfermedad lo sacó de la guardia nocturna. Pese a los cuidados de su familia la enfermedad avanzó hasta el desenlace final, habían pasado muchos años desde el fallecimiento de don Francisco Cánepa y no estábamos acostumbrado a recibir tan duro golpe, nos dolió por la juventud, por su truncado futuro, por el sufrimiento que implica la pérdida de uno de sus hijos para los acongojados padres y el vacio que quedaba entre sus hermanos, nos dolió perder un Nono.
Cuando por primera vez se reunieron los 18 fundadores del cuerpo de bomberos de La Florida, Don Francisco junto con don Jorge Altimira, era uno de los principales impulsores de ese Quijotesco proyecto, el lazo de amistad que tenían, era garantía para llevarlo a feliz término, durante la elección de la directiva del nacimiento de la nueva institución, Francisco Cánepa fue elegido Comandante del naciente Cuerpo, cargo que desempeñó hasta su deceso ocurrido en el 27 de Junio de 1964. El primer carro bomba de La Florida, un Fiat Bergomi adquerido a la undecima compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, llevó su nombre. Cada uno de los voluntarios anteriormente mencionados, dejó su propio legado, legado que hemos sabido atesorar, sin que el tiempo nos borre su recuerdo, ellos son parte de nuestras tradiciones y para lo Nonos, tradición es: no olvidar y siempre fieles a nuestras raíces Alguien dijo: “No hay peor muerte que el olvido”. Y nosotros no olvidaremos y ellos estarán siempre presentes, formando junto a nosotros. MUCHAS GRACIAS |
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